maldito pánico
Antes de seguir avanzando por caminos montañosos, me encuentro en el deber de compartir un pequeño y simple texto* que funciona como tranquilizador social frente a la mirada sobre "lo nuevo". Con la tímida aclaración de que he incluído algunas opiniones (mías) y/o datos (míos) que me interesaban destacar.
Es imposible designarle una fecha exacta al comienzo del arte moderno. Muchos lo asocian con el gran xxx "Desayuno en la hierba" del Sr. Manet, con los post-impresionistas, otros con "Las señoritas de Avignon" de Picasso o, en su defecto, el cubismo. Y, si bien, las opiniones son encontradas nunca debemos alejarnos de lo que nos concierne, maida maida, porque te introduces en temas de los que luego se te complica salir sintéticamente. Solo señalo esta indeterminación para mostrar que el arte está asociado a su tiempo, cosa que puede generar diferentes interpretaciones sobre un mismo tema. La idea de modernidad implica cambios, renovaciones, contradicciones, novedades y, en el arte, tiene un efecto revolucionario ligado estrechamente a la idea de vanguardia (tema para otro post: vanguardias artísticas). Me sigo hundiendo pero salgo a flote y cierro la intro tan tan tan rebuscada, diciendo que en las artes plásticas (las otras hoy no me interesan) el público se lleva la mejor parte: observa y no se calla nada (linda expresión de deseo).
"Ah, el público, siempre nos preocupamos por el público" "¿De qué incomodidad hablamos? A fin de cuentas, el arte no tiene por qué ser para todos. El público lo entiende y entonces lo disfruta, o no lo entiende y entonces no lo necesita. Por lo tanto, ¿cuál es el problema?" El texto se centra en la noción de público; en destacar que los artistas tambien forman parte de este grupo y que son estos los primeros en estallar cuando uno de la sociedad cambia de rumbo. Nadie, seguramente, puede criticar con tanto fervor como quien se siente traicionado. Aclaro que el autor, Leo Steinberg, entiende al público como el papel que tomamos todos nosotros ante una experiencia dada.Ejemplos lindos de artistas lindos para lectores lindos. En 1906 Matisse expone "La alegría de vivir", un cuadro rupturista. Unas líneas "gruesas como un pulgar" que limitaban unos cuerpos muy poco figurativos, como si Matisse no supiera dibujar. Hete aquí, la primera crítica de un artista de la época, Paul Signac: "Parece que Matisse ya no es el mismo. En una tela de dos mts y medio pintó unos personajes extraños, contorneados con una línea gruesa como un pulgar. Luego lo cubrió todo con una tinta mate, bien definida, que aunque pura, es repulsiva a la vista. Parece uno de esos frentes de colores de las tiendas de pintura, barnices y artículos domésticos"
Un año después se escuchaba decir a Matisse que la pintura que acababa de ver ("Las señoritas de Avignon") en el estudio de Picasso, era una atrocidad, un intento de ridiculizar el arte moderno. Juró que hundiría a Picasso y lo haría lamentar su fraude. Voilá!
Luego le seguirían los cubistas criticando a Duchamp y cuántos otros más, enfurecidos ante el desconcierto. Debo decir que me gustó el cambio de roles al decir que los academicistas fueron, en el siglo XIX, quienes rechazaron a los impresionistas, los post-impresionistas, a Courbet y su realismo, pero en realidad, ante el arte innovador, todos nos volvemos academicistas. Nos sentimos incómodos, como si nos faltara algo o como si todo lo que juntamos de cultura hasta ese momento, se desmoronara en un instante y tuvieramos que salir a nuestro propio rescate. Baudelaire es quien, en un rapto avanzacionista, habla de lo nuevo en el arte como un sacrificio. Arremete contra Ingres para presentar el término. Habla de un artista con muy poca imaginación y movimiento, aunque, conociendo a Ingres lo suficientemente bien como para creer que se trata en su caso de una inmolación heroica, un sacrificio en el altar de aquellas facultades que genuinamente considera más nobles e importantes.
to be continued...(tomorrow, i promise).
*Leo Steinberg, "El arte contemporáneo y la incomodidad del público", Other criteria. Confrontations with Twentieth-Century Art, Oxford University Press, 1975.
1 comentario:
excelente y más;una alegría leerte
Publicar un comentario